sábado, 15 de diciembre de 2012

Qué hacer al salir de clase


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Los expertos señalan que las actividades extraescolares son útiles en la medida en que favorecen el desarrollo personal del niño, y que éste debe vivirlas como una experiencia lúdica, como un tiempo dedicado al juego, distinto a las clases convencionales. Fuente: consumer.es



A la hora de elegir una actividad educativa o deportiva para vuestro hijo, es fundamental contar con su opinión favorable, de lo contrario, al poco tiempo se sentirá desmotivado y terminará detestando dicha actividad. Tampoco se puede abusar de ellas: un niño no está preparado para soportar una jornada de adulto y una sobresaturación puede ocasionarle estrés emocional.

Actividades deportivas

Contribuyen a un adecuado desarrollo físico de los niños y a que amplíen capacidades como la percepción espacial, la coordinación motora, la agilidad y el equilibrio. A nivel social, los menores aprenden a asumir responsabilidades, comprenden las normas establecidas, viven éxitos y afrontan fracasos. No obstante, es preciso tomar ciertas precauciones, ya que cuando esta actividad supera los límites máximos permitidos -con posiciones y ejecuciones incorrectas o cargas excesivas-, pueden producirse efectos indeseables. Por eso es indispensable que el deporte infantil sea impartido por educadores especializados, que adapten la actividad a la edad y condición física del menor. Además, la práctica del deporte de competición no se puede iniciar hasta los 10 años.
* Baloncesto. Ayuda a controlar las acciones individuales para adaptarlas al resto del grupo. Practicado con regularidad, previene la aparición de problemas en el aparato locomotor y ayuda a controlar el peso corporal. Desarrolla la rapidez, la flexibilidad y la agilidad. Se suele iniciar a los 7-8 años como juego. El entrenamiento más regular para alcanzar un buen nivel se realiza a partir de los 12 años.
* Artes Marciales. Favorecen el desarrollo mental y psicomotriz, armonizando cuerpo y mente. Incentivan la concentración, lo que les permite aprender a dominar los impulsos. Mejoran la coordinación, la resistencia, la fuerza, la velocidad, la flexibilidad y la autodisciplina. Aconsejable tanto para niños tímidos, ya que les brinda seguridad, como agresivos, pues pueden descargar el exceso de energía.
* Patinaje artístico: Mejora la coordinación, el equilibrio y la habilidad motriz. Desarrolla los músculos de las piernas y aumenta la fuerza. Las articulaciones adquieren mayor elasticidad. Indicado a partir de los 6 años.
* Fútbol. Mejora la velocidad y capacidad de reflejos. Fomenta el trabajo en equipo. Antes de los 11 años se practicará este deporte sólo como juego, sin que se compita. A partir de los 12 años se puede participar en competiciones infantiles, con una duración más corta, balón especial y en un campo más pequeño. A partir de los 15 años ya se puede competir de forma más real, pero dejando transcurrir suficiente tiempo entre partido y partido (al menos 48-72 horas).
* Tenis. Mejora los reflejos, la coordinación y la psicomotricidad. Les permite descargar la agresividad. Indicado a partir de los 5 años.
* Gimnasia rítmica. Contribuye a mejorar las habilidades motrices, el conocimiento de su cuerpo, el ritmo y el movimiento dentro de un componente artístico. Favorece el trabajo en equipo. Indicado a partir de los 5 años.
* Voleibol. Incentiva la tolerancia, la deportividad, el respeto a compañeros y a las reglas del juego. Mejora la agilidad, los reflejos, la fuerza y la velocidad. Permite conseguir una buena forma física ya que se trabajan tanto los músculos de los miembros inferiores como de los superiores. Indicado a partir de los 10 años.
* Natación. Es una de las actividades deportivas más completas. Se trabajan y ejercitan los músculos, la coordinación motora y el sistema circulatorio y respiratorio. Los ejercicios suaves combinados con el agua a una temperatura agradable relajan al niño, estimulan su apetito, le hacen comer y dormir mejor, y, en consecuencia, mejoran su carácter y comportamiento. El entrenamiento más intenso no debe iniciarse antes de los 10-12 años, según el grado de desarrollo del niño.
* Ajedrez. Aprenden a pensar desarrollando la memoria, el razonamiento lógico, la intuición, la concentración y la imaginación. Enseña a tomar decisiones, asumiendo los aciertos y los errores. Desarrola el sentido de la respondabilidad. Incrementa la paciencia. Indicado a partir de los 7 años.
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Actividades artísticas

Potencian el gusto por la estética, la creatividad, la reflexión y el afán de superación. La música, el canto, la escritura, la pintura, la escultura, la fotografía o los trabajos manuales son algunas de las opciones. La música y el baile juegan, además, un papel fundamental en la estimulación del desarrollo psicomotor, y estudiar un instrumento musical fomenta el razonamiento espacial y enseña valores como autodisciplina, perseverancia y responsabilidad.
* Pintura. Desarrolla la creatividad, la destreza manual y visual, la expresión plástica y el gusto por lo bello. Indicado a partir de los 6 años.
* Teatro. Estimula la memoria, la imaginación, la creatividad y el control del movimiento corporal. Fomenta la lectura. Indicado a partir de los 8 años.
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* Música. Estimula la imaginación y ayuda a desarrollar la creatividad. Ayuda a desarrollar la memoria, el sentido del orden, la capacidad de atención sostenida y del análisis. Mejora la capacidad de concentración y desarrolla la sensibilidad y la memoria. Facilita
el proceso de aprendizaje porque activa un enorme número de neuronas. Los instrumentos
más recomendables para niños son el piano, la flauta y los de percusión. Indicado a partir de los 4 años.
* Danza. Influye positivamente en la expresión y la comunicación corporal, desarrollando el sentido musical, la coordinación y el trabajo en equipo. La danza les da conciencia de su propio cuerpo, sentido del ritmo, desarrolla las capacidades motrices y la coordinación, mejora la habilidad sensorial, potencia la mente y la memoria y estimula la sociabilidad. Indicado a partir de los 4 años.

Una actividad para cada niño

* Para los niños tímidos e introvertidos, las mejores actividades son las que se practican en grupo, ya que le ayudarán a relacionarse con sus compañeros y a vencer sus miedos y temores. Están desaconsejadas las competitivas. Danza, ballet o teatro son algunas de las actividades más recomendadas.
* Los niños perezosos deben practicar actividades individuales, que les obliguen a esforzarse, como por ejemplo tocar algún instrumento musical, el esquí, tenis, patinaje o pintura.
* Para los nerviosos o agresivos, las mas adecuadas son aquellas que les obliguen a dominarse en situaciones en las que hay una cierta tensión, como las arte marciales, la natación, la hípica o el ajedrez.
* Los niños con problemas para relacionarse, deben realizar actividades de grupo, en las que tengan que formar parte de un equipo. Baloncesto, fútbol, balonmano, gimnasia rítmica o voleibol, son algunas de las prácticas más adecuadas.

Cómo acertar en la elección

* Las actividades extraescolares se realizan en el tiempo de ocio del niño, por lo que deben ser lo suficientemente atractivas para despertar su interés. Pero antes de nada, pregunte a su hijo o hija si le interesa practicar alguna. Motíveles a ello pero no les imponga nada.
* Para elegir actividad, tenga en cuenta los gustos, el carácter y las habilidades del niño o niña. Si no lo hace así, al poco tiempo el niño podría sentirse agobiado por asistir a las clases y podría terminar detestando esa actividad. A partir de los cuatro años los niños ya saben qué les gusta y en qué actividad se sienten más cómodos.
* No haga prevalecer sus frustraciones: no trate de que su hijo o hija destaque en una actividad que a usted se le resistió. Y evite el sexismo. Hay estudios que demuestran que se tiende a inscribir a los niños en judo y las niñas en ballet.
* No le sobrecargue. Sea cual sea la opción elegida, no le sature. Las clases extraescolares no deben superar las 3-4 horas semanales. No olvide que su hijo necesita tiempo libre.
* Si ve que la actividad le agobia porque no llega bien intelectual o físicamente, busque otra que vaya mejor con su carácter.
* No utilice la actividad extraescolar para conseguir algo o para penalizar una actitud.
* Muestre interés por los logros de su hijo. Se sentirá respaldado y valorado.
Fuente: consumer.es

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