Nota de prensa:
§
Las altas
expectativas académicas de los padres sobre sus hijos, la supervisión de los
deberes escolares y la comunicación fluida,
entre los factores que mejoran el rendimiento.
§
Los padres que
más participan en la escuela poseen mayor nivel de estudios, tienen mayor
sentimiento de pertenencia al centro y destinan más recursos a la educación de
sus hijos.
§
El grado de
participación familiar es mayor en Infantil y Primaria y disminuye en
Secundaria a medida que los alumnos ganan independencia.
§
Los padres
reconocen su escasa participación en los consejos escolares de los centros
educativos. En Secundaria, solo la quinta parte se muestra dispuesta a ser
miembro de los mismos.
18 de noviembre de 2014.- El Consejo Escolar del Estado presenta el
estudio “La participación de las familias en la educación escolar”, en el que
analiza, entre otros aspectos, la relación entre el grado de participación de
los padres en la educación escolar y los resultados académicos de sus hijos.
El informe, realizado
a través de un amplia muestra de familias y de centros educativos españoles, revela
que las altas expectativas académicas de los padres sobre sus hijos, la
supervisión de las tareas y deberes relacionados con la escuela, y la
adquisición de hábitos lectores dentro de la familia, son factores que influyen
muy positivamente sobre el rendimiento escolar de los alumnos,
independientemente de la etapa educativa. Igualmente, el sentimiento de
pertenencia al centro, la accesibilidad del profesorado y la participación de
los padres en las actividades que lleva a cabo la escuela son variables que se
asocian de forma positiva con los resultados académicos.
El perfil de participación de los padres muestra dos tipos claramente definidos. El primero corresponde a familias que muestran una alta implicación en el ámbito escolar; que mantienen comunicación frecuente con el centro; que presentan un mayor sentido de pertenencia al mismo y que muestran un mayor interés en la información sobre sus hijos. El segundo corresponde a padres con una participación meramente formal, menor sentimiento de pertenencia al centro y con una comunicación menos fluida con sus hijos acerca de su actividad académica. Los padres más participativos poseen mayor nivel de estudios, particularmente la madre; mayor número de libros en casa y de recursos que favorecen el aprendizaje escolar, y más medios económicos que destinan a la educación de sus hijos. Además, tienen edad más avanzada y nacionalidad española. Por el contrario, los padres con menor nivel de participación presentan niveles más bajos de estudios, menos recursos económicos, son más jóvenes y de origen extranjero.
Respecto al
grado de participación de los padres, varía según la etapa educativa de los
hijos, descendiendo notablemente en la ESO, ya que los padres consideran que
son más independientes y tienden a delegar más en los profesores.
En cuanto a la
relación entre la participación familiar y el clima escolar, el estudio revela
que este último es positivo en el promedio de los centros, siendo los de
Educación Infantil, tanto públicos como privados, los que tienen un mejor
clima, coincidiendo con una valoración muy positiva de sus directores. Por el
contrario, son los centros públicos de
ESO los que presentan un valor más bajo, especialmente los que cuentan con
mayor número de alumnos inmigrantes de primera generación y aquellos en los que
las familias no acuden a las reuniones escolares.
Los padres
reconocen una escasa implicación en el funcionamiento de los centros a través
de los consejos escolares. En Educación Infantil y Primaria solo la tercera
parte de las familias declara conocer a sus representantes en el Consejo
Escolar y únicamente una cuarta parte muestra su disponibilidad para ser
miembro del mismo. En ESO, tan solo la cuarta parte de las familias conocen a
sus representantes y solo la quinta parte están dispuestas a ser miembros del
Consejo Escolar.
Recomendaciones
A raíz de los
datos del estudio, el Consejo Escolar del Estado elabora una serie de
recomendaciones a familias, centros y administraciones educativas. Entre las
primeras, cabe destacar la importancia de realizar actividades en familia, en particular dedicar todos los días un tiempo a conversar y realizar juntos una comida principal. Estos hábitos no dependen del nivel socioeconómico o cultural y sin embargo resultan efectivos en el rendimiento escolar. También anima a los padres a situar las aspiraciones académicas de sus hijos entre sus principales valores, y a supervisar las tareas escolares de los mismos.
primeras, cabe destacar la importancia de realizar actividades en familia, en particular dedicar todos los días un tiempo a conversar y realizar juntos una comida principal. Estos hábitos no dependen del nivel socioeconómico o cultural y sin embargo resultan efectivos en el rendimiento escolar. También anima a los padres a situar las aspiraciones académicas de sus hijos entre sus principales valores, y a supervisar las tareas escolares de los mismos.
Recomienda, tanto a las AMPAS como a los centros escolares, una formación de calidad en materia de participación escolar dirigida a padres y profesores. Además, los centros deberían idear y aplicar estrategias que aumenten el sentimiento de pertenencia al mismo entre los padres, ya que este se revela como factor clave en el rendimiento.
Por último, aconseja
a las administraciones educativas que diseñen políticas que favorezcan una
auténtica implicación de los padres, mediante actuaciones basadas en los
centros educativos y que sean contempladas por las administraciones de carácter
laboral y por las propias empresas. Igualmente, y a la luz de los datos del
presente estudio, recuerda la importancia de apoyar especialmente a los centros
situados en entornos desfavorecidos y que escolarizan a alumnos inmigrantes en
proporciones elevadas. Además, anima a establecer programas de compensación
educativa para los alumnos cuyas familias no pueden prestarles apoyo académico
en las tareas escolares por carecer del nivel de preparación necesario.